Oasis turístico con crisis de desapariciones
Baja California Sur es la entidad que más inversión turística capta por sus destinos paradisiacos de contraste: playa y desierto; sin embargo, su status como lugar seguro también es contrastante: un mínimo de homicidios dolosos, pero un creciente número de desapariciones y una autoridad local que está rebasada.
Entre sus atractivos, las autoridades destacan su seguridad, con sólo 56 homicidios dolosos registrados en todo 2024 comparado con el estado vecino de Sinaloa, que cerró el mes de diciembre con 119 asesinatos, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Además, la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) reveló que siete de cada 10 habitantes perciben a la entidad como un lugar seguro. Así, el turismo es uno de los sectores que más ha prosperado, atrayendo cada año a 4 millones de turistas y captando 51% del total nacional en inversión turística (216 millones de dólares) hasta el cierre del tercer trimestre de 2024.
No obstante, detrás de este auge económico crece una realidad dolorosa para más de mil familias que reportan desaparecidos a sus seres queridos y reclaman apoyo institucional, respuestas y acompañamiento en las búsquedas.
De acuerdo con la Red Lupa, que encabeza el Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHD), en 2022 la entidad registraba 671 desaparecidos; para 2023 ya sumaba 925 casos y el año pasado las víctimas de desaparición ascendían a 938 personas.
Aunque la organización califica a la entidad en el panorama nacional con un “nivel inferior de gravedad”, advierte que a partir de 2016 los casos en el estado van en aumento y no se han detenido.
Sin embargo, en el registro nacional de la Comisión Nacional de Búsqueda, que no está exento de cuestionamientos por parte de familiares, quienes advirtieron en meses pasados que borró a 300 personas de la plataforma y aún esperan aclaraciones de los datos, BCS tiene un histórico de personas desaparecidas y no localizadas de mil 26, en el periodo de 1952 hasta este mes.
Así, dos realidades coexisten en Baja California Sur: mientras turistas disfrutan de playas de moda y senderos en esta región desértica, cada fin de semana las madres buscadoras y familiares se organizan para salir a rastrear y visibilizar esa nueva forma de violencia en el estado. Cuestionan la incapacidad de las autoridades para hacerle frente.