Nacional

‘Hace como precampaña, se mueve como precampaña… ¡Es precampaña!’

Con el arranque formal del proceso de selección para definir la candidatura a las elecciones presidenciales de 2024, y una primera medida cautelar del Instituto Nacional Electoral (INE), Morena se lanza en un riesgoso ejercicio discursivo y legal, el cual lo expone a que las autoridades electorales lo obliguen a detener las campañas de sus aspirantes.

Justo cuando la suerte de la contienda se encuentra en las manos del INE, el presidente Andrés Manuel López Obrador operó un viraje de 180 grados en su política de confrontación con el organismo electoral, e invitó a sus consejeros a Palacio Nacional para darle “vuelta a la página” en la relación institucional y hablar, entre otros asuntos, del presupuesto del INE para el año entrante.

La legislación electoral establece que los partidos no pueden organizar su precampaña antes de noviembre, que este ejercicio no podrá extenderse más de 60 días y que cualquier gasto de precampaña debe documentarse ante el INE. Con los lineamientos de su proceso interno, que plantean el arranque de las giras el próximo lunes 19, Morena se está adelantando cinco meses al plazo legal, planea una campaña de dos meses y medio, y no contempla la supervisión del INE en las erogaciones.

MEDIDA CAUTELAR
Por ello, el pasado viernes 16 la Comisión de Quejas del INE dictó una primera medida cautelar, derivada de dos quejas de Movimiento Ciudadano (MC) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), la cual ordena a Morena y sus aspirantes a respetar los “tiempos” de ley y las “reglas en materia de campañas”.

El organismo autónomo no decretó el aborto del proceso de selección; en su lugar planteó una serie de reglas que deberán seguir los aspirantes y sus equipos, las cuales abren el camino a un ejercicio un tanto surreal: los contendientes, que llevan meses promocionándose para la candidatura de Morena a las elecciones presidenciales, no podrán pronunciar “directa y explícitamente” las palabras “campañas”, “candidato”, “Morena” ni “presidencia” durante sus actos proselitistas.

Según la medida cautelar, los contendientes no podrán llamar a votar a su favor ni a la de Morena, tampoco podrán dar a entender que buscan la candidatura o precandidatura a las elecciones presidenciales o de cualquier otro proceso de carácter electoral –se limitarán en promoverse como aspirantes al proceso de selección de la Coordinación de Defensa de la Transformación (CDT)–, y aparte tendrán que entregar al INE un calendario semanal en el que detallarán “los recorridos de trabajo y actividades que tengan programadas”.

TROPIEZAN
La dirigencia nacional de Morena y los aspirantes llevan ya varios días diseñando una estrategia lingüística, que consiste en utilizar eufemismos o sinónimos para no llamar las cosas por su nombre. En lugar de “precampaña”, el partido sostiene que se trata de un “proceso interno de selección”; en lugar de “candidato” a las elecciones presidenciales, hablan de “coordinador de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación”, y en lugar de “actos de campaña” dicen “recorridos de trabajo”.

A menudo los militantes del partido han tropezado con estas sutilezas discursivas. El propio López Obrador ha mezclado de manera reiterada los conceptos: en la conferencia matutina del pasado 6 de junio, un día después de la cena en la que dio el banderazo de salida a la campaña interna de Morena, el mandatario declaró que “ya inició el proceso electoral”. Días después, el 13 de junio, el mandatario afirmó que los militantes no están eligiendo al “precandidato” sino “al coordinador o coordinadora de la transformación”.

Y el mandatario no ha sido el único. Los propios contendientes, Marcelo Ebrard Casaubon, Claudia Sheinbaum Pardo, Adán Augusto López Hernández, Ricardo Monreal Ávila y los invitados Gerardo Fernández Noroña, del Partido del Trabajo (PT) y Manuel Velasco Coello, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), también se han confundido con los conceptos oficiales.

Así, durante un encuentro con la prensa el pasado 15 de junio, Ebrard aseveró en dos ocasiones que “no estamos en una campaña” y que “no estamos en una etapa electoral”. Sin embargo, en la misma charla, indicó que entregaría a Morena una propuesta para “el tema del financiamiento de la campaña”, y momentos después dijo: “Ese va a ser el contenido primordial de la campaña, precampaña, recorrido, diálogo, como le llamen en cada uno de los medios de comunicación”.

En su evento de despedida como jefa de gobierno capitalino, el mismo día Sheinbaum ya no dijo que busca ser presidenta, sino la mujer que “encabece los destinos la nación” y que dé “una verdadera continuidad a la transformación iniciada por el presidente”.

Carlos Alberto Ferrer Silva, quien hasta el pasado 3 de marzo fungía como titular de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral en el INE –y fue asesor de Lorenzo Córdova Vianello en la presidencia del organismo autónomo–, opina que todo el andamiaje discursivo de Morena se resume a una “simulación”:

“No importa el nombre que se le dé, la realidad –y esto es evidente– es que se trata de actos anticipados. No se puede engañar al sentido común, todos sabemos perfectamente bien que están haciendo una competencia para elegir a su candidato o candidata a la Presidencia de la República”, dice, en entrevista con Proceso. Y agrega: “Hace como precampaña, se mueve como precampaña… ¡es una precampaña!”.

Partiendo de este planteamiento, Ferrer resalta que todos los actos de Morena están fuera de la ley y violan los conceptos de equidad. “Los plazos y tiempos pueden gustarnos o no, pero así está nuestra ley y se debe acatar para que la competencia sea pareja”, insiste. Por ello, el especialista en materia electoral asevera que cualquier gasto para los eventos de los aspirantes es ilegal.

TONO CORDIAL
El lunes 12, apenas un día después de pactarse el “acuerdo del consejo nacional de Morena para que de manera imparcial, democrática, unitaria y transparente se logre profundizar y dar continuidad a la Cuarta Transformación de la vida pública de México”, MC envió una queja al TEPJF afirmando que el acuerdo viola la ley electoral, y pidió al INE emitir medidas cautelares para congelar el proceso de selección de Morena.

El mismo día, López Obrador envió una invitación a los consejeros del INE a Palacio Nacional, para el martes 13. Durante sus primeros cuatro años y medio en el poder, el mandatario ha atacado de manera reiterada al INE –por “costoso” y “politiquero”– y a su ahora expresidente, Lorenzo Córdova Vianello. En paralelo a su plan de debilitar el organismo autónomo mediante una reforma a las leyes electorales –el famoso “plan B”–, el mandatario ha sugerido en varias ocasiones su idea de desaparecer el INE, y se ha lanzado contra sus integrantes, a quienes ha tachado de “burocracia dorada” o de “hipócritas”.

Aunque López Obrador ha disminuido notablemente sus ataques contra el INE desde la llegada de Guadalupe Taddei Zavala en sustitución de Córdova, la invitación a los consejeros del INE en pleno arranque del proceso de selección en Morena levantó cejas en el microcosmo político.

Los 11 consejeros del INE llegaron a Palacio Nacional a las 10 de la mañana y fueron recibidos por el propio López Obrador y el todavía secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, quien dejó su cargo el viernes 6 para lanzarse en la carrera de Morena. Durante el encuentro, el secretario de Gobernación permaneció en silencio.

“El presidente empezó a situarnos y nos dijo que para él era muy importante contar con una autoridad que fuera autónoma, independiente, que él nunca se iba a meter en las decisiones de la autoridad, y así se fue abriendo la charla”, recuerda Beatriz Claudia Zavala Pérez, consejera del INE.

Lejos de la postura de confrontación que ha asumido en los últimos años, el mandatario tuvo un tono más afable con sus invitados. “Primero nos pidió: ‘Yo quiero tener claridad de cuáles son las cosas de lo que yo puedo hacer y no hacer, y yo me comprometo a cumplir y a acatar estas reglas’”, dice la consejera, en entrevista con Proceso. De ahí nació la idea de elaborar una especie de “decálogo” que establecerá lo permitido y lo prohibido.

Durante la reunión, que se llevó a cabo a puerta cerrada y sin celulares, los consejeros plantearon al mandatario el tema del presupuesto para el año entrante, en el que se llevarán a cabo procesos electorales federal y estatales, los cuales incluirán modalidades costosas, como el voto de mexicanos residentes en el exterior o el de personas en prisión preventiva. En otras palabras: le adelantaron que el INE ocupará mucho dinero en 2024.

A diferencia de sus discursos públicos, en los que se ha quejado de que el INE es un organismo que tiene un presupuesto carísimo, en esta ocasión el presidente escuchó a los consejeros y, tras refrendar su deseo de que el presupuesto se hiciera con “austeridad” y con las disposiciones legales, les dijo que transmitiría al Poder Legislativo el proyecto que le diera el INE.

Durante la charla también se evocó el arranque del proceso interno de Morena. “Señalamos que el INE será muy cuidadoso en analizar cuál es el esquema legal, y con toda autonomía e independencia se tendrá que tomar la definición a este tema en específico”, narra Zavala. Según la consejera, el mandatario reviró que “es una cuestión del partido, y que el partido habrá cuidado lo legal y el modelo que siguió”.

Otra persona presente en la reunión cuenta que el mandatario reconoció al INE su papel de árbitro, pero le insistió a los consejeros que asuman ese rol con todos los partidos y no solamente contra los candidatos de su movimiento, como se ha quejado que sucedió en otros procesos electorales. También prometió que no se entrometería en las elecciones de 2024 a través del desvío de programas sociales, pues dijo que él mismo había sido víctima de estas prácticas en su carrera política.

“Otro tema que le plantemos fue las preocupaciones en torno al arbitraje electoral, a la fiscalización, que son temas que tienen que ver con la equidad en la contienda electoral y el cuidado necesario que debe haber; el comportamiento de servidoras y servidores públicos de acuerdo con las reglas y las prohibiciones constitucionales y legales”, sostiene Zavala, al recordar que “se dejó muy claro que una relación donde haya ofensas, desacreditaciones hacia la autoridad, no es una relación que pueda seguir existiendo”.

López Obrador pidió, como último encargo a Adán Augusto López Hernández, que antes de dejar la Secretaría de Gobernación garantizara el seguimiento a las peticiones de las y los consejeros en materia de seguridad, de programas sociales y otros aspectos.

Por lo pronto, los consejeros salieron del encuentro con la sensación de haber recompuesto una relación rota. Guadalupe Taddei se felicitó de que la reunión fue “altamente exitosa y muy productiva”, “llena de respeto y colaboración”.

QUEJAS Y MÁS QUEJAS
Aunque el INE ya resolvió con una primera medida cautelar las quejas de MC y el PRD, todavía le falta al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) pronunciarse sobre los señalamientos contra el proceso interno de Morena.

Además, es probable que el INE reciba más quejas a medida que se caliente la precampaña, las cuales podrían desembocar en medidas cautelares más estrictas, como la suspensión de los actos proselitistas de los aspirantes a la candidatura del partido.

Una medida de esta naturaleza causaría problemas mayores en la agrupación política, pues todos los contendientes presentaron sus renuncias a sus cargos públicos la semana pasada, y son ahora “simples” ciudadanos.